#1. Neurociencia - El Sistema Nervioso parte 1
Este es el primer capítulo de la serie de neurociencia basada en el podcast de Andrew Huberman, profesor de Neurobiología en la Universidad de Stanford.
Trataremos temas para mejorar la motivación, concentración, sueño, aprendizaje, etc.
En los primeros 2 capítulos habrá cierta historia de los descubrimientos y lenguaje técnico, pero al final lograrás entender mejor cómo funciona tu sistema nervioso y cómo aplicar todo el nuevo conocimiento que iremos aprendiendo.
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Introducción
El cerebro es sólo una parte del sistema nervioso, ya que también incluye la médula espinal (el cable que pasa por la columna vertebral), junto con todas sus conexiones con los demás órganos del cuerpo.
Todo lo que piensas, lo que recuerdas, lo que sientes y lo que imaginas es gracias a que tu sistema nervioso es un ciclo continuo de comunicación entre tu cerebro → médula espinal → cuerpo, y de regreso.
Esta es la estructura que te permite, por ejemplo, desplegar células inmunes que van y matan a una infección. Normalmente imaginamos esto como la función del sistema inmunológico, pero es realmente el sistema nervioso quien le dice a los órganos que liberen células para que vayan y cacen a los invasores. O por ejemplo si tienes dolor de estómago, obviamente lo sientes en el estómago, pero es realmente tu sistema nervioso el que está causando el dolor de estómago. El aspecto del dolor es una característica del sistema nervioso.
A finales de los 1800s, se creía que nuestro sistema nervioso era solo una célula gigante. Pero dos científicos, el español Ramón y Cajal y el italiano Camillo Golgi, descubrieron cómo teñir el sistema nervioso de una manera que reveló, increíblemente, que en realidad estamos hechos de billones de pequeñas células nerviosas que llamamos neuronas.
También vieron que estas neuronas no se tocaban entre sí. En realidad están separadas por pequeños huecos, y estos pequeños huecos se llaman sinapsis. Estas sinapsis son donde los químicos de una neurona son enviados o recibidos. Luego la siguiente neurona detecta estos químicos y pasa electricidad a lo largo de su longitud a la siguiente neurona, y así sucesivamente.
Así que la manera correcta de pensar sobre tu cuerpo y tus pensamientos y tu mente es que eres un flujo de electricidad.
Dependiendo de cuales neuronas están activas podrías estar levantando o bajando el brazo. Puede que estés viendo algo y percibiendo que es rojo o puede que estés percibiendo que es verde. Todo dependiendo de qué neuronas están eléctricamente activas en un momento dado.
En pocas palabras, el lenguaje del sistema nervioso es electricidad.
Por ejemplo, existe una estructura del cerebro llamada hipocampo, que está involucrada en la memoria. Pero estos recuerdos no se almacenan ahí como frases o enunciados. Están almacenados como patrones de electricidad en neuronas, que cuando se repiten, te da el sentido que estás experimentando la memoria de nuevo.
El déjà vu (la sensación de lo que estás experimentando es tan familiar como algo que ya has vivido antes) es simplemente que las neuronas que estuvieron activas en cierta circunstancia ahora se están volviendo activas otra vez. Es como escuchar la misma canción, primero en piano, y la próxima vez en guitarra. Hay algo similar en la canción a pesar de que se está tocando en dos instrumentos diferentes.
Algo de Historia
En la primera guerra mundial, muchos soldados sobrevivientes tuvieron heridas de bala que atravesaron cierta sección de su cerebro. Esto permitió que los neurólogos tuvieran un extenso catálogo de pacientes con "agujeros" en ubicaciones muy específicas del cerebro. Los pacientes comentaban cosas como "puedo reconocer rostros, pero no puedo reconocer a quién pertenecen esos rostros." De esta manera se logró conocer más a fondo sobre cómo funcionan ciertas regiones del cerebro.
Otro ejemplo asombroso fueron los soldados que al regresar podían hablar pero sin sentido, y a pesar de esto, lograban entender el idioma perfectamente. Así es como sabemos que el habla y el lenguaje están controlados por secciones separadas del sistema nervioso.
A principios de los 2000s, se publicó un artículo en la revista "Nature" que mostraba que en un ser humano había una neurona que se activaba eléctricamente solo cuando veía la foto de Jennifer Aniston, la actriz. Si puedes reconocer la cara de Jennifer Aniston, tienes neuronas de Jennifer Aniston. Y supuestamente también tienes neuronas que pueden reconocer las caras de otras personas famosas y no famosas.
Esto indica que nuestro cerebro es realmente un mapa de nuestra experiencia.
Nuestra experiencia
Cuando llegamos al mundo, nuestro cerebro tiene una inclinación hacia el aprendizaje, listo para recibir información y aprender de esa información.
Por eso es justo decir que el sistema nervioso hace 5 cosas (es importante entender lo siguiente para todas y todos aquellos que quisieran modificar su sistema nervioso para hacer que funcione mejor).
1.
Lo primero es la sensación.
Tienes neuronas en tu ojo que perciben ciertos colores de luz y ciertas direcciones de movimiento. Tienes neuronas en tu piel que perciben ciertos tipos de tacto: como ligero, firme o doloroso. Tienes neuronas en tus oídos que perciben ciertos sonidos.
Toda tu experiencia de vivir está filtrada por estos que llamamos receptores sensoriales (células especializadas capaces de captar estímulos).
Pregunta: ¿Están sucediendo más cosas en el mundo que como humanos no estamos sintiendo?
La respuesta es sí. Hay muchas especies en el planeta que pueden percibir cosas que nosotros nunca percibiremos, a menos que apliquemos tecnología.
Un ejemplo es la visión infrarroja.
Hay serpientes que pueden detectar las emisiones de calor de otros animales. Los humanos no podemos hacer esto a menos que usemos lentes infrarrojos o algo que nos permita detectar estas emisiones de calor.
Hay tortugas y ciertas especies de aves que migran largas distancias y que pueden detectar campos magnéticos porque tienen unas neuronas que les permiten hacer esto. Estas neuronas se encuentran en su nariz y cabeza y les permiten migrar a lo largo de campos magnéticos, y así navegar desde diferentes partes del océano a miles de kilómetros de distancia, para reunirse en cierta playa en cierta época del año para aparearse y poner huevos.
No migran esta distancia ni por visión ni por olfato. Lo hacen sintiendo campos magnéticos. Y muchas otras especies hacen más cosas increíbles.
2.
Segundo viene la percepción.
La percepción es nuestra capacidad para tomar lo que estamos sintiendo y enfocarnos en ello para darle sentido, explorarlo y recordarlo.
Las percepciones son las sensaciones a las que prestamos atención en cualquier momento.
Por ejemplo, si te digo que prestes atención a la planta de tus pies con la superficie con la que estén en contacto (zapatos, piso, etc), en el momento que coloques lo que llamamos foco de atención en tus pies, empezarás a percibir lo que está sucediendo ahí. Sin embargo, la sensación estaba ocurriendo todo el tiempo.
Si bien la sensación no es negociable, la percepción está bajo el control de tu atención. Excepto que no es solo 1 foco de atención, tenemos 2 focos de atención (cualquiera que te diga que no es posible realizar múltiples tareas a la vez se equivoca).
Los primates (incluyendo humanos) podemos hacer lo que se le llama atención encubierta. Es decir, podemos poner un foco de atención en, por ejemplo, algo que estamos leyendo, o en alguien a quien estamos escuchando. Y además poner un segundo foco de atención en algo que estamos comiendo, y en cómo sabe, o en nuestro hijo corriendo por la habitación, o en el perro.
Sin embargo, así como puedes dividir tu atención en 2 ubicaciones, también puedes dirigir tu atención a 1 ubicación en específico. En otras palabras, es como ampliar tu atención (hacer el foco más difuso o más concentrado).
Es importante entender esto porque es la clave en la mejora del sistema nervioso, al intentar aprender algo bajo concentración y motivación.
La atención es algo que está absolutamente bajo tu control, en particular cuando estás bien descansado. Cuando descansas bien puedes dirigir tu atención de manera muy deliberada.
Nuestro sistema nervioso es como una calle de dos sentidos. Esta calle de dos vías es una comunicación entre los aspectos de nuestro sistema nervioso que son reflexivos y los aspectos que son deliberados.
¿Qué significa estar reflexivo?
Vas por la vida y vas caminando. Pero si ya sabes caminar, no piensas en caminar, solo caminas. Esto es porque el sistema nervioso quiere pasar todo lo que pueda a la acción reflexiva.
A esto se le llama procesamiento de abajo hacia arriba. Significa que la información fluye a través de tus sentidos, independientemente de lo que estés percibiendo. Esta información fluye hacia arriba y dirige tu actividad.
Pero en cualquier momento, por ejemplo, un coche derrapa delante de ti y te detienes. Ahora te cambiarías hacia una acción deliberada. Comenzarías a mirar a tu alrededor de una manera deliberada.
Entonces, si la acción reflexiva es lo que llamamos de abajo hacia arriba, la acción deliberada, las percepciones deliberadas y los pensamientos deliberados son de arriba hacia abajo.
La acción deliberada requiere de esfuerzo y concentración. Pero ese es el punto.
Siempre puedes decidir enfocar tu atención, energía o comportamiento en lo que quieras, pero sentirás que se requiere de esfuerzo y tensión. Mientras que cuando estás en modo reflexivo, simplemente caminando, hablando, comiendo y haciendo lo tuyo, te resultará fácil.
Esto se debe a que tu sistema nervioso está conectado para hacer la mayoría de las cosas fácilmente sin mucha demanda metabólica, o sea, sin consumir mucha energía. Pero en el momento en que intentes hacer algo muy específico, sentirás una especie de fricción mental.
3.
Entonces ya vimos sensaciones y percepciones. Luego tenemos lo que llamamos sentimientos / emociones.
Todos conocemos estos aspectos como la felicidad, tristeza, aburrimiento, frustración, etc. Y sucede que la neurociencia, la psicología y la filosofía discuten y discuten sobre qué son y cómo funcionan. Realmente las emociones y los sentimientos son producto del sistema nervioso. Involucran la actividad de las neuronas.
Como ya vimos, las neuronas se activan eléctricamente, pero también liberan sustancias químicas.
Hay una cierta categoría de sustancias químicas llamadas neuromoduladores que tiene una gran influencia en nuestros estados emocionales. Estos neuromoduladores tienen nombres que probablemente ya hayas oído hablar antes como dopamina, serotonina, acetilcolina o epinefrina.
Estos neuromoduladores pueden existir en niveles normales, bajos o altos.
Los neuromoduladores son muy interesantes porque sesgan qué circuitos de neuronas tienen más probabilidad de estar activas y cuáles tienen más probabilidad de estar inactivas.
La serotonina, por ejemplo, es una molécula que cuando se libera tiende a hacernos sentir bien con lo que ya tenemos, con nuestro panorama interno y los recursos con los que ya contamos.
Mientras que la dopamina, más que una molécula de recompensa, es en realidad una molécula de motivación hacia cosas que están fuera de nosotros y que queremos perseguir.
Existen escenarios saludables, como estar en busca de un objetivo, donde cada vez que logramos algo que nos acerca a este objetivo se libera un poco de dopamina, lo que nos hace sentir aún más motivación.
Sin embargo, también podemos ver el extremo en algo como la manía, donde alguien está tan insistente en la búsqueda de cosas externas (como dinero o relaciones) que se encuentra en un estado delirante de pensar que tiene los recursos que necesita para perseguirlo, cuando en realidad no es así.
Esto nos da una ventana a un aspecto muy importante en la historia de la neurociencia, que fue el descubrimiento de los antidepresivos y los llamados antipsicóticos. En las décadas de los 50s, 60s y 70s, se descubrió que existen compuestos químicos que pueden aumentar o disminuir la serotonina o la dopamina. Esto llevó al desarrollo de la mayoría de los que llamamos antidepresivos.
El detalle es que la mayoría de estos medicamentos, especialmente durante los 50s y 60s, reducían la serotonina pero también reducían la dopamina. O aumentaban la serotonina pero también aumentaban alguna otra sustancia.
Esto es porque estos neuromoduladores tienen muchos quimiorreceptores (puedes imaginarlos como los espacios de un estacionamiento a donde se estaciona la dopamina). Si se adhiere a un receptor, digamos en el corazón, podría hacer que el corazón lata más rápido. Mientras que si se libera y se adhiere al músculo, podría tener un efecto completamente diferente.
Esto es más sobresaliente en algunos antidepresivos que tienen efectos secundarios sexuales o que mitigan el apetito o la motivación. Muchos de estos antidepresivos que aumentan la serotonina pueden ser muy beneficiosos para las personas. Pueden elevar su estado de ánimo. Pueden hacer que se sientan mejor. Pero también si las dosis son demasiado altas o si el medicamento en particular no es adecuado para alguien, esta persona puede tener desafíos con la motivación, el apetito o libido, ya que la serotonina se une a los receptores en las áreas del cerebro que también controlan estos aspectos.
Es importante enfatizar que las emociones son algo que generalmente sentimos que no están bajo nuestro control. Sentimos como si fueran un géiser dentro de nosotros y que simplemente nos suceden. Y esto es porque son algo reflexivas. Realmente no partimos con un pensamiento deliberado de ser felices o un pensamiento deliberado de estar triste. Tendemos a experimentarlos de una manera reflexiva pasiva.
Y esto nos lleva a lo siguiente, que son los pensamientos.
4.
Los pensamientos son muy interesantes porque en muchos sentidos son como percepciones, excepto que se basan no solo en lo que está sucediendo en el presente, sino también en las cosas que recordamos del pasado y las cosas que anticipamos sobre el futuro.
Otro detalle sobre los pensamientos es que pueden ser reflexivos, o sea, pueden estar ocurriendo todo el tiempo (como cuando aparecen 'pop-ups' en un navegador). Pero también pueden ser deliberados. Es decir, podemos decidir tener un pensamiento.
Ahora mismo podrías decidir tener un pensamiento así como podrías decidir escribir algo en una hoja. Mucha gente no comprende, o al menos no aprecia, que los patrones de pensamiento y los circuitos neuronales que generan pensamientos se pueden controlar de manera deliberada.
5.
Finalmente están las acciones. Las acciones (o comportamientos) son quizás el aspecto más importante de nuestro sistema nervioso. Porque, en primer lugar, nuestros comportamientos son lo único que va a crear un registro fósil de nuestra existencia.
Para los humanos (y al parecer las demás especies) las sensaciones, percepciones, pensamientos y sentimientos que tenemos a lo largo de nuestra vida pueden simplemente aparecer y pasar.
Excepto los que tomamos y convertimos en acciones, como escribir, hablar, o diseñar cosas nuevas. Así, el registro fósil de nuestra especie es realmente a través de la acción.
De hecho, el neurocientífico Sherrington ganó un premio Nobel por su trabajo en el mapeo de algunos de los circuitos y conexiones entre las neuronas que dan lugar al movimiento, y comentó: "El movimiento es el camino final común".
El hecho de que los pensamientos nos permitan adentrarnos en el pasado o anticiparnos al futuro y no solo experimentar el presente, nos dio lugar a la increíble capacidad para poder involucrarnos en comportamientos que no son solamente para el ahora, sino que están basados en cosas que sabemos del pasado y que nos gustaría ver en el futuro.
Este aspecto de generar movimiento por nuestro sistema nervioso ocurre a través de vías muy simples. La conexión reflexiva básicamente incluye secciones del tronco encefálico (una área del cerebro) que llamamos generadores de patrones centrales.
Cuando alguien camina (considerando que ya aprendió a caminar) básicamente está caminando porque tiene grupos de neuronas que generan el movimiento de pie derecho → pie izquierdo → pie derecho → pie izquierdo.
Sin embargo, cuando decides moverte a una acción deliberada que requiere un poco más de atención, comenzarás a involucrar áreas del cerebro para el procesamiento de arriba hacia abajo.
Donde tu cerebro trabaja (de arriba hacia abajo) para controlar a estos generadores de patrones centrales, de modo que tal vez sea conveniente usar cierto patrón en particular, si por ejemplo, estás caminando por algunas rocas.
Entonces, el movimiento, al igual que los pensamientos, puede ser reflexivo o deliberado.
La Acción Deliberada
Esto da lugar a una característica muy importante del sistema nervioso, que es la capacidad de cambiarlo.
Cuando haces algo deliberadamente, prestas atención y llevas tu percepción a un análisis de 3 cosas:
Duración, cuánto tiempo va a tardar algo en hacerse.
Ruta, lo que planeas hacer.
Resultado, si haces algo durante un período de tiempo determinado, qué va a suceder.
Cuando caminas por la calle, o comes, o simplemente hablas reflexivamente, no estás haciendo este tipo de función deliberada en tu cerebro.
Lo que a partir de ahora llamaremos acción deliberada, ya que seguiremos tocando este concepto en el futuro.
Por ejemplo, en el momento en que decides aprender algo, o resistirte a hablar, o hablar cuando preferirías no hacerlo, cada vez que te estás forzando deliberadamente a sobrepasar un umbral, estás activando circuitos neuronales que de repente hacen sentir como si algo fuera un desafío.
Y se siente como una agitación porque va acompañada de la liberación de un neuromodulador llamado norepinefrina, que nos hace sentir agitados.
Otro ejemplo, alguien te dice algo que te provoque. No te agrada, pero decides que no deberías responder. En esta situación estás reprimiendo activamente tu comportamiento a través del procesamiento de arriba hacia abajo.
Tu cerebro anterior (una área del cerebro) te está impidiendo decir lo que sabes que no debes decir, o que tal vez deberías esperar, o decirlo de una forma diferente.
Esto se siente como agitación y estrés porque en realidad estás suprimiendo un circuito.
Podemos ver ejemplos cuando no se está realizando bien.
Algunos sobresalientes provienen de niños. No tienen el circuito necesario para realizar este procesamiento de arriba hacia abajo hasta que alcanzan los 22-25 años. En los niños pequeños, verás que se balancean hacia adelante y hacia atrás. Es difícil quedarse quietos porque estos generadores de patrones centrales están constantemente corriendo en segundo plano, mientras que los adultos sí pueden quedarse quietos.
Un niño ve un dulce que quiere y simplemente se acerca y lo agarra, mientras que un adulto probablemente no actuaría igual.
La impulsividad es una falta de control del procesamiento de arriba hacia abajo.
Otra cosa que apaga el cerebro anterior y dificulta este procesamiento son las bebidas que contienen alcohol. Se apagan las neuronas que suprimen la actividad de otras neuronas.
Cuando observas a personas que tienen daños en los lóbulos frontales, o a un cachorro, o a niños pequeños, podrás observar que todo es un estímulo, todo es una interacción potencial, y les resulta muy difícil restringir su comportamiento y su habla.
Esto es porque gran parte del sistema motor está diseñado para funcionar de manera reflexiva.
Entonces, si estás buscando aprender algo nuevo, o aprender a controlarte y tener más cuidado con tus respuestas, es importante saber que se sentirá desafiante porque los químicos en tu cuerpo que se liberan en asociación con este esfuerzo están diseñados para hacer que te sientas así (ese temblor que a veces las personas sienten cuando están realmente enojadas es en realidad un temblor de bajo nivel inducido químicamente).
Esto es a lo que el autor le llama fricción límbica.
Hay una área del cerebro que está involucrada en nuestras respuestas reflexivas llamada sistema límbico. Y la corteza frontal está en fricción (un estira y afloja) con este sistema todo el tiempo.
Esto es importante de entender porque si quieres entender la neuroplasticidad para aprender a moldear tu comportamiento y tu pensamiento, lo más importante de entender es que requiere del procesamiento de arriba hacia abajo.
Requiere esta sensación de agitación. De hecho, se podría decir que la agitación y la tensión son el punto de entrada a la neuroplasticidad.
Hasta aquí dejaremos esta primera parte de introducción al sistema nervioso. En la parte 2 nos meteremos a conocer un poco más de la neuroplasticidad y otros aspectos igual de interesantes.
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